Ximena Tordini y Gastón Montells – Colectivo La Tribu – 15 de junio de 2007
«Aquí han trabajado colectivos diversos, roces, dinámicas, aciertos, creaciones. Las radios comunitarias que tenemos tantos años somos sitios en los que se pueden ver los procesos de cambio que ha experimentado América Latina.» Lo dice Cristián Zúñiga, integrante de Radio Placeres, mientras su voz es tomada por un pequeño grabador, de esos que funcionan a pilas y registran en casete, aunque esté parado en un estudio de grabación, de esos que tienen micrófonos, consola y todo tipo de aparatos digitales. Rarezas de las radios comunitarias.
Radio Placeres fue fundada en 1989 por militantes relacionados con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria chileno. El MIR se creó en 1965 por la confluencia de grupos trotskistas, marxistas y anarquistas para llevar adelante la insurrección popular armada contra el régimen capitalista. Con el triunfo electoral de la Unión Popular que llevó a Salvador Allende a la presidencia en 1970, el movimiento suspendió la confrontación armada para apoyar al gobierno socialista. En 1973, el golpe comandado por Pinochet arrastró a los dirigentes del MIR al exilio, la cárcel, la desaparición o la muerte y a la organización a la clandestinidad y al retorno a la confrontación directa. En 1997, el MIR abandonó definitivamente la lucha armada.
En ese mismo año, Cristian Zúñiga comenzó a participar en Radio Placeres y hoy, 10 años después, nos cuenta: «La radio nació en el cerro Los Placeres en el momento en el que estaba terminando la dictadura militar. El proyecto nace de un colectivo de izquierda que en ese momento decidió politizar un medio de comunicación porque era necesario hacerlo.» Hacia 1995, el impulso inicial se había transformado «en una asamblea donde convergían trotskistas, anarquistas, comunistas; una diversidad de grupos políticos, a los que se van integrando grupos culturales, contraculturales, como punks y hip-hoperos, las llamadas tribus urbanas propias de los noventa.»
Por ese entonces, era «un proyecto que funcionaba, más que como radio, como una escuela política, una escuela donde en las asambleas se debatia y se conocían las realidades de Chiapas, de Cuba, del neoliberalismo. Como un centro cultural más que como radio, la radio era sólo un elemento del centro cultural. Por lo tanto, el medio no era tan potenciado en si, sino que las discusiones y el trabajo territorial eran lo principal.»
Radio Placeres construyó sus inicios como algo que parece excepcional: la posibilidad de que grupos de izquierda diversos confluyan, más allá de los «istas» que suelen separarlos, en un espacio concreto y transformador. Un espacio político en donde distintas tradiciones se encontraron en una ciudad con un nombre demasiado prometedor.
Valparaíso es un puerto que se llamaba Bahía de Quintil, hasta que llegó Juan de Saavedra, uno de los «conquistadores», y cambió el nombre original para homenajear a su pueblo natal: Valparaíso de Arriba en Cuenca, España.
En Valparaíso hay un cerro llamado Los Placeres. Dicen que se llamaba «placeres» a los socavones de oro que había en ese cerro y que de allá el nombre del cerro, pero no de la radio que precisamente por falta de bienes como éste que abundaba anteriomente en sus cercanías, tuvo que dejar de transmitir en 2002.
«Lamentablemente esta forma de trabajo, y lo digo con mucha pena, fracasó allá por el año 2002 porque hubo una baja en lo económico del colectivo, no pudimos seguir sosteniendo la casa en la que estábamos. También tuvimos diferencias entre nosotros. Dejamos de transmitir un año. Un año en el que estuvimos en reflexión, en conversación sin estar al aire.»
Un año de conversaciones y una nueva hipótesis: «nuestra ciudad, nuestra comunidad necesitaba un medio de comunicación más que un trabajo territorial, y político- ideológico. Es por eso que en 2003 sale nuevamente Radio Placeres como un medio de comunicación, nosotros decimos como un megáfono para la ciudadanía.»
Cuatro años después del inicio de esta nueva etapa, la radio tiene veinte programas en el aire. «La defensa y promoción de los derechos humanos, la paridad de género, el rechazo hacia cualquier forma de discriminación racial o sexual, la posibilidad de informar y opinar desde la independencia económica y el compromiso con la difusión de la música local y no comercial son algunos de los aspectos musicales y de contenido más significativos dentro de nuestra propuesta.»
Entonces, ¿qué podemos esperar al escuchar Radio Placeres? «Irreverencia. Ganas de crear todo de cero, cuestionándolo todo. Incluso eso en términos políticos muchas veces nos trae alguna dificultad. Por ejemplo, tenemos al aire una cuña que dice El Mercurio miente, la Tercera inventa. Radio Placeres las dos cosas. Intentamos burlarnos un poco, hasta de nosotros mismos. Intentando generar procesos creativos, procesos de creatividad. Yo creo que esa es la marca, tratar de romper con todo, mucha poesía, mucho juego. Nos interesa ir en ese sentido creando, construyendo y también llevando al límite ciertos conservadurismos y fundamentalismos que existen a nuestro alrededor. Generando un proceso constante de renovación, cambio, risa y rock and roll.»
Y vuelve entonces a la charla la idea inicial: cómo ver en la experiencia particular de una radio comunitaria las trayectorias propias de la izquierda cultural en América Latina. En el recorrido de Radio Placeres podemos encontrar la aparición, dentro del espacio de la izquierda, de las ideas que amplían el campo de «lo político». Lo político deja de ser entonces el momento puramente confrontativo -y final- para desplegarse en múltiples estrategias de transformación que se dan en espacios superpuestos, en situaciones concretas. En un principio, estas nuevas trayectorias pueden aparecer como una negación a «la vieja forma de hacer política». Pero muchas veces, el recorrido vuelve a encontrarse con una mirada renovada sobre la lucha social. Las prácticas más inteligentes y sensibles asumen la tradición y la proyectan hacia el futuro.
«Nosotros ahora trabajamos con organizaciones sociales, culturales y políticas. Somos un medio que se vincula muy fuerte a la contracultura y se vincula muy fuerte a los nuevos movimientos ciudadanos que hoy en Chile han remplazado a los movimientos políticos tradicionales. Nos habíamos distanciado un poco de la política en sentido clásico, pero en el último año, nuevamente hemos reavivado ese aspecto, centrándonos sobre todo en la discusión comunicacional, y todo lo que se está entendiendo en torno a la lucha por la comunicación que en Chile es un tremendo tema por el monopolio existente.»
La charla sucede en Buenos Aires, sábado a la tarde, un poco de fróo, en un rato que deja un taller que se comparte con argentinos, uruguayos, paraguayos y otros chilenos y otra ciudad, Valparaíso, aparece en la charla. «Es una ciudad que todavía mantiene la tradición de puerto antiguo, una ciudad más tranquila, solidaria, donde hay compañerismo y mucha bohemia. Una ciudad muy loca, bohemia y loca.» La locura y la bohemia vienen teniendo algunos triunfos, un movimiento de ciudadanos está logrando frenar la construcción de edificios de gran altura y de centros comerciales y dicen por ahí que Valparaíso se ha declarado «territorio libre de Mc Donald’s». «Valparaíso tiene un tradición anarquista muy fuerte y que ha fortalecido nuestra radio porque hay costumbres y hay tradiciones que vienen desde esa escuela. Hay mucha gente que tiene un pensamiento bien libertario.» Y su afirmación se encuentra con la de Andrés Brignardello, autor de la investigación Valparaíso anarquista, en la que sitúa a Radio Placeres en esta tradición: «La considero una experiencia libertaria porque recoge la herencia de los movimientos anarquistas y libertarios, la Placeres es una radio autogestionada. Siento que lo que transmite la Placeres es un germen permanente de crítica, de cooperación en la ciudad, de apertura a los movimientos nuevos que caen en las ideas ácratas. Hay una similitud tremenda entre esto que hacen hoy con lo que se construía en términos comunicacionales por parte de los libertarios de comienzos del siglo pasado.» El autor se refiere a los grupos de anarquistas que inventaron el corazón de las luchas sociales a partir de las ideas que viajaban en barco.
Ideas ácratas que fueron las de trabajadores y trabajadoras, en los años previos a que se extendieran las ideas marxistas y se institucionalizaran los sindicatos.
Casi un siglo después, los anarquistas participaron en la creación del MIR, y algunos integrantes del MIR crearon Radio Placeres, y hombres y mujeres pasaron por allá creando cada día una radio, o un megáfono, o una irreverencia que ataca la concentración del poder de comunicar. Y hoy ya el MIR no es lo que fue, ni el movimiento anarquista, ni la lucha de clases, ni queda oro tampoco. Pero las ideas viajan, aunque ya no en barco, y difícilmente se detengan. Y cuando alguien, un hombre, una mujer, sabe, porque de un segundo de saber se trata, que no está dispuesto a tolerar el ejercicio de ningún dominio, algo mucho mejor puede suceder.
Algo sucede en la carcajada, algo sucede en la indignación. Y allá está Radio Placeres para hacerle un lugar radiofónico a ese suceso.
Radio Placeres se puede escuchar en el 87.7 si vivís en Valparaíso, en www.radioplaceres.cl si vivís en otro lugar del mundo.