Ambientales

“El etiquetado frontal es una herramienta de educación alimentaria”

El 23 de marzo del año pasado, el Gobierno Nacional aprobó la reglamentación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (27.642). El 16 de febrero pasado venció la prórroga solicitada por fabricantes de grandes empresas para adecuar sus envases a los requerimientos de etiquetado frontal. En sus productos se deben colocar octógonos que informen sobre el contenido de nutrientes críticos y valor energético superiores a los niveles establecidos en la ley. Así, el exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías debe ser comunicado de forma precisa y clara al frente del envase.

Ana Cáceres, presidenta de la Federación argentina de graduadxs en nutrición, afirmó que “estamos frente a un escenario con cierta complejidad ya que, prevé una implementación gradual y progresiva y en este momento estamos conviviendo entre el tiempo vencido para las grandes industrias, el stock que todavía está circulando de productos y las pequeñas y medianas empresas que tienen su tiempo reglamentario para cumplir y adecuarse a la ley. Y en este sentido, vemos como determinadas industrias también despliegan distintas estrategias para incumplir la ley o, para generar algún tipo de engaño, por ejemplo, el doble frente de algunos productos”.

Consultada por la estrategia de desinformación conocida como doble frente, Cáceres respondió que, “se ve mucho en las bebidas gaseosas, de las más conocidas, en donde el etiquetado debería estar en la cara frontal del producto. Lo que hace la empresa es ponerlo como si fuesen dos caras frontales en el envase y el etiquetado queda chiquitito y se da vuelta a la hora de colocarlo en la góndola para que no se vea con tanta importancia”.

Por último, la titular de la Federación argentina de graduadxs en nutrición destacó que, “también lo que está pasando es que la ley empieza a revelar aquellos alimentos que los consumíamos pensando que eran saludables y que en realidad contienen exceso de nutrientes críticos y tienen sellos, entonces eso también genera asombro, sorpresa ya que determinados productos que uno pensaba que eran perfectamente sanos o, que tenían algún atributo saludable, sin embargo, no lo son. El etiquetado frontal justamente no genera confusión, el etiquetado frontal aporta información clara sencilla sin ningún tipo de confusión y de hecho es una herramienta de educación alimentaria de por si”, concluyó la especialista Ana Cáceres.

*Producción: Algo con erre