Violencia institucional

El represor Adolfo Donda condenado por la apropiación de su sobrina Victoria Donda

El Tribunal Oral Federal 6 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a 15 años de prisión al represor Adolfo Donda Tigel por la apropiación y ocultamiento de la identidad de su sobrina. Victoria Donda nació en cautiverio en el centro clandestino de detención de la ESMA donde estuvo secuestrada y desaparecida su madre, María Hilda «Cori» Pérez, y también su padre, José Laureano Donda. El prefecto Juan Antonio Azic, integrante del grupo de tareas de la ESMA, al igual que Adolfo Donda, inscribió como hija biológica a Victoria quien recién en el año 2004 gracias a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo logró recuperar su identidad.

Victoria fue inscripta como hija biológica por el prefecto Juan Antonio Azic, integrante del grupo de tareas de la ESMA junto a Adolfo Donda. Recién en 2004, 27 años después, logró recuperar su identidad gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.

Fernando Tebele, integrante de La Retaguardia, emisora desde la que se transmiten los juicios de lesa humanidad, se refirió a la cobertura y a las particularidades del caso. «Fue un juicio muy especial. Sin dudas, que todos los que intentan determinar qué sucedió en las historias de apropiaciones de niños y niñas generan un impacto particular», afirmó el periodista y señaló que  «hay que tener en cuenta que el peso simbólico que ha tenido el robo de bebés durante la dictadura es tan grande que incluso en los años de impunidad, obediencia de vida y punto final e incluso el indulto, dejaban al margen la causas en las que se producían robos de bebés. Mientras hubo impunidad se siguió investigando. Si a eso le sumamos el condimento particular de la escena familiar que se dio en este caso de Victoria Donda, ya ella reconocible por su participación política, pero además, el imputado que era su tío, un genocida ya condenado dos veces en el marco de la mega causa de la ESMA, pero que aquí se lo estaba juzgando por su participación en la apropiación de su propia sobrina de sangre».

Fernando también destacó la importancia de los testimonios de los y las sobrevivientes de los centros clandestinos de detención y, en ese sentido, recordó la palabra de «Lidia Vieyra que asistió obligada al parto de Hilda «Cori» Pérez en una fecha no precisada. Victoria cuando participó del juicio como testiga le pidió a su tío que le dijera la fecha exacta de su nacimiento. Eso no sucedió porque Donda Tigel negó su participación e incluso dijo que en el año 77′ no había estado asignado a la ESMA y por lo tanto, no había estado allí. El valor del testimonio de los sobrevivientes fue otra vez muy importante con un imputado y un abogado defensor que se pasaron todo el juicio maltratando a las personas que dieron testimonio».

Por último, Fernando Tebele advirtió que un aspecto fundamental de este juicio fue la perspectiva de violencia de género. Este «fue el pedido de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo y de la Fiscalía también, que se tuviera especial atención a la situación que había vivido Hilda «Cori» Pérez en la maternidad clandestina de la ESMA, las condiciones en las que parió a Victoria (sabemos que no fue la única madre que tuvo a su niña allí), esas condiciones a las que fueron sometidas calificarlas como violencia de género».

Producción: Charco de arena

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