La Legislatura porteña cerró el año con una sesión maratónica que incluyó la aprobación para la actualización del Código Urbanístico (CUR) de 2018. Las modificaciones del nuevo Código fueron aprobadas por 31 votos del oficialismo y bloques aliados; 18 abstenciones de Unión por la Patria que se abstuvo por considerar que el proyecto era insuficiente; y 11 votos negativos.
María Eva Koutsovitis, Ingeniera Civil, Investigadora y parte del Observatorio del Derecho a la Ciudad, se refirió al proyecto y sostuvo que «la agenda porteña durante todo este año, pero también durante los últimos años, giró en torno a la necesidad de modificar la herramienta más importante de planificación que tiene la ciudad que es el código urbanístico. Recordemos que en el 2018 se aprueba el Código urbanístico, se habilita la sobre construcción descontrolada en la ciudad y eso lleva a la ciudad al colapso, sobre todo en los barrios de casas bajas. Desde ese entonces las asambleas vienen organizándose para ponerle límites de código urbanístico, un código a la medida de las grandes desarrolladoras inmobiliarias».
En este sentido, la investigadora destacó que «el 90% de quienes participamos en esa audiencia rechazamos el contenido de la propuesta del Poder Ejecutivo de modificación del Código urbanístico. Hubo sólo 47 participantes que se manifestaron a favor de la propuesta y quienes participamos de esa audiencia, fuimos oradores de esa audiencia, la verdad es que hicimos hincapié en temas que para nosotros y para el conjunto de la ciudadanía, entendemos que son claves. En primer lugar, la falta de espacio, los problemas derivados de la sobre construcción, el colapso de los servicios públicos en la Ciudad de Buenos Aires porque se construyeron en los últimos 10 años 10 millones de metros cuadrados, el equivalente a cinco veces Puerto Madero y no ha habido renovación de la infraestructura de agua, de la infraestructura eléctrica, también tuvo muchas centralidad la destrucción de los barrios de casas bajas, la falta de participación y el peligro a esta lógica del delivery de excepciones en donde en realidad de manera discrecional se le otorgan excepciones o privilegios a algunas de esas grandes desarrolladoras inmobiliarias que vienen hace más de dos décadas planificando la ciudad».
María Eva Koutsovitis advirtió la importancia de la participación y organización de las asambleas y diferentes actores sociales durante le proceso de discusión del proyecto porque, «el rol de las organizaciones en torno al debate de la modificación del Código Urbanístico fue clave. No sólo fue clave para poner en agenda la necesidad de modificar el código, sino también para introducir a ese proyecto inconsulto que, a principio de año presentó Jorge Macri, un montón de modificaciones. A último momento y de un plumazo Jorge Macri incorporó cientos de nuevas torres, acá hay algunos tecnicismos que tienen que ver con una herramienta que inicialmente habían querido incorporar al proyecto que era esta idea de que planificar la ciudad y desarrollar el sur es una especie de igualdad de oportunidades para las grandes desarrolladoras inmobiliarias. Es decir, desarrollar el sur no es llevar agua, no es llevar cloacas, no es mejorar los espacios comunes, no es mejorar el espacio público, no es mejorar la conectividad. Desarrollar el sur es que aquellas empresas que construyan en el sur esos metros que construyen en el sur se lo lleven a las zonas más rentables de la ciudad para construir torres por encima de las alturas permitidas, es igualdad de oportunidades para hacer negocios».
Por último, María Eva Koutsovitis, señaló que «nos enteramos que Jorge Macri de un plumazo luego de la audiencia pública burlándose de la participación ciudadana, burlándose de la democracia participativa, había incorporado un listado de parcelas emisoras y parcelas receptoras, estamos hablando un listado de cientos de nuevas torres sorpresas para la Ciudad de Buenos Aires y, la verdad es que teníamos expectativa de que eso tuviera un límite en la Legislatura el jueves pasado. Eso no sucedió. Había una una importante oportunidad para ponerle un límite a este proyecto porque honestamente la votación del jueves pasado y la complicidad de algunas de las corporaciones partidarias terminó aprobando una nueva ley que no va a mejorar los problemas estructurales que tiene la Ciudad de Buenos Aires y que, además habilita mecanismos para universalizar las excepciones y los negocios inmobiliarios. Acá con ese listado lo que se ha habilitado es un delivery de negocios inmobiliarios con nombre y apellido. Sí hubiéramos logrado que el conjunto de los bloques opositores hubieran votado negativamente, lo cierto es que Jorge Macri hubiera tenido una victoria muy ajustada, que hubiera sido un fracaso en términos políticos porque hubiera quedado 31 a 29. Lamentablemente eso no sucedió y el jueves se terminó aprobando este Código Urbanístico que no ha abordado ninguno de los problemas estructurales que la ciudad tiene».
Producción: Eso que falta