Ambientales Política

Hostigamiento y persecución a pobladoras de la Comarca Andina

Desde que comenzaron los incendios y desde hace un mes aproximadamente, parte de la población de la Comarca Andina sufre diferentes formas de amedrentamiento. El último hecho tuvo lugar el pasado 6 de marzo. Daniela, integrante de la Red de Apoyo al Lof Quemquemtrew, contó cómo sucedieron los hechos.

«Claramente los negocios que quieren imponer, ya sea los inmobiliarios, los forestales o, demás extractivistas, siempre van de la mano de la represión para poder implementarlos y, qué mejor que además tener un enemigo interno para echarle la culpa». Además señaló que, «esto no es solo con el incendio de Maillin Ahogado, esto empieza con el desalojo a la Lof Pailako en el Parque Nacional Los Alerces, en el cual inmediatamente militarizan la Cuesta del Ternero, territorio de la Lof Quemquemtrew, con el argumento de que ahí había una comunidad mapuche seguramente estaban refugiando a la Lof Pailako que son todos terroristas. Ese era el argumento del gobierno».

Al poco tiempo, «a los diez días prenden fuego Maillin Ahogado, también ahí hacen un estado de sitio del paraje rural. Por dos cosas, hay una solidaridad y un comunidad de la Comarca Andina que da una respuesta inmediata y super contundente a lo que estaba pasando. La respuesta fue muy contundente y eso molesta muchísimo a quienes querían que se prenda fuego este paraje», contó Daniela.

«Claramente el debate que está en el medio es si vamos a dejar ser un paraje rural o si, como dijo el intendente Bruno Pogliano, si vamos a tener como economía fuerte el turismo», advirtió la activista. A su vez, señaló que «tener el turismo implica terminar con las grandes extensiones de tierra para la cría de animales, para la horticultura e implica que se abra paso al negocio inmobiliario». El clima de militarización y hostigamiento comenzó a crecer, «se generaba un odio desde la misma gente y así es que agarran a los tres brigadistas que los apresan injustamente. Después seis personas en El Hoyo salieron escrachadas en un video y a los tres días allanaron sus casas y estuvieron detenidos en Bariloche», comentó Daniela.

La situación llegó a un punto de inflexión cuando «varios al acercarnos a la comisaría por la apresión injusta de los tres brigadistas que nos encontramos con la patota de Joe Lewis y de Bruno Pogliano que estaban a caballo y venían con rebenques». La activista destacó que «lo que más impresionaba eran los vecinos de al lado que estaban al rededor incitando a que nos maten, tanto a los que estaban presos como a los que estábamos ahí que, supuestamente, estábamos defendiendo incendiarios cuando en realidad fuimos a pedir la liberación de los brigadistas porque sabemos que es mentira que ellos habían prendido fuego».

Después de estos hechos, Daniela empezó a sentir el hostigamiento de forma personal. «Comienzo a notar que viene la policía a mi casa. Al día siguiente llego y tenía a seis efectivos policiales que vinieron en tres motos. Nunca llegaron a tocarme la puerta sino que se quedaron en la tranquera. Charlaban, caminaban y señalaban mi casa».  La segunda vez, «a los 20 días de esa situación cuando bajamos a comprar comida encontramos que estaba un móvil policial en la entrada del circuito al paraje rural que estuvo bastantes días. Cuando volvemos a subir los efectivos ya estaban afuera del auto apoyados en el capot del móvil, y desde que nos ven hasta que nos pierden de vista nos apuntaron con un láser». A partir de este hecho comienzan a notar en la comunidad situaciones similares, «empiezan otras compas a contar que estaban siendo hostigadas por la patota. A una compa la rodearon entre caballos, a otra lamien del pueblo mapuche le dijeron que era incendiaria y que iban a terminar con ella. Claramente se ve el accionar policial y terciarizado de las patotas tanto del intendente como de Joe Lewis». El último de los hechos que sufrió Daniela fue el pasado 6 de marzo cuando móviles de la policía de Río Negro se apostaron en la entrada de su casa.

Producción: Charco de arena

Foto: Marcelo Martínez / Greenpeace. Agencia Tierra Viva