En Pringles 342 en el Barrio de Almagro, funciona Casa Pringles – ATR (Autonomía, Territorial, Reparadora) donde viven hace más de un año, diez mujeres con quince niñes y adolescentes. En este tiempo, además de vivir, se armó allí un merendero, se dan clases de apoyo escolar y se realizan encuentros colectivos como respuesta a las distintas problemáticas y la falta de espacios de contención para las mujeres y disidencias en la Ciudad de Buenos Aires.
La situación al día de hoy es que el Gobierno de la Ciudad notificó un desalojo y la única alternativa que se les ofrece es dejarlas en situación de calle o ir a la cárcel ya que les han armado causa por “usurpación”. Se tuvieron tres reuniones de mediación en conjunto con la Administración de Bienes, el IVC y Desarrollo Social y allí dejaron en claro que no tienen nada para ofrecer como solución. Esto ocurre en el marco de falta de políticas públicas que deja a más de 7.000 personas en situación de calle.
Eva Reinoso, integrante del Colectivo Yo No fui, repone la situación y comenta: “hay que hay que ver que pasa tras la visibilidad que tuvo el tema y que llegó a las autoridades. Esperamos que razonen un poco y no procedan con un desalojo violento o detengan compañeras. Por como son los modos de operar de la justicia, no estamos tranquilas”.
Hace unos días se realizó una intimación a desalojar el inmueble en 72 horas, dispuesta por la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N° 19, ubicada en Paseo Colón 1333, a cargo de Lorena San Marco. Esto se hizo tras una denuncia de la Dirección General de Administración de Bienes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Las características en común de las chicas que viven en la casa es que vienen todas de situaciones de calle, de violencia, de desalojo, todas vulnerabilidades de la violencia y la situación habitacional. A partir de eso y la convivencia que tuvieron, fueron generando una contención colectiva entre todas. Afrontar un proceso judicial también es complejo. Por eso las pibas empezaron a contenerse y a organizarse también.
El inmueble supo ser del artista plástico Eduardo Sívori quien a su muerte, en 1918, lo donó al pueblo de la ciudad para uso cultural. Allí funcionó un archivo del GCBA y luego estuvo abandonado durante más de tres décadas. El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta lo declaró por Ley “innecesario para la gestión” (Leyes N° 3.397 y N° 6.287) junto a otros más de mil inmuebles públicos. El Banco Ciudad hizo siete subastas y todas resultaron desiertas. El inmueble a su vez forma parte de un complejo más grande que abarca también los ubicados en Pringles 354, donde funciona el Jardín Maternal Pringles. Reinoso detalla también el interés del gobierno porteño en el inmueble en estos últimos años, vinculado con la necesidad de edificación y de realizar negocios inmobiliarios.
*Producción: Pasadas por alto
*Foto: Revista El Abasto