El Museo de la ex ESMA fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad el martes 19 por el Comité de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). De esta manera, el edificio porteño de la antigua Escuela de Mecánica de la Armada, en el que durante la última dictadura cívico militar argentina funcionó un centro clandestino de detención, tortura y extermino de miles de personas, se suma a la lista de patrimonios junto a otros seis memoriales del mundo.
Graciela Lois, integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y forma parte del Directorio de Organismos de Derechos Humanos de la ex ESMA, se refirió a este reconocimiento de la UNESCO y afirmó que «es un trabajo conjunto que ha llevado más de cuatro años y los años previos para resignificar el museo pensando en que trascendiera los límites de este país». Además, Lois señaló que «la ESMA es el único lugar que se ha mantenido tal cual desde que fue desalojado por la armada, además es preservación de prueba judicial».
Esta declaración de UNESCO sucede al cumplirse 40 años del retorno de la democracia en Argentina y en medio de una campaña electoral que tiene candidatos a la presidencia que cuestionan los juicios de lesa humanidad. Al referirse a la candidata a vicepresidenta, Victoria Villaruel, Graciela Lois afirmó que «ella no es negacionista, es reivindicacionista. Ella reivindica la dictadura. Negarla es una cosa, pero reivindicarla es un poquito más pesado. Cuando habla de dos historias y que hay que contar la verdad completa, en la ESMA hay una sola historia porque era un espacio de la armada, no era un espacio civil ocupado por la armada y ahí la armada sistematizó toda la perversión que tuvo. Massera tenía un proyecto político para aplicar».
Por último, Lois recordó que «esta declaración llega ahora cuando estamos cumpliendo 40 años de democracia y 25 años del amparo que impidió la destrucción. Porque iba a ser el emprendimiento inmobiliario que tiene enfrente la ESMA, cuando estaban para ser vendidos. El presidente Menem hizo un decreto para eso, solo iba a quedar un mástil y un recordatorio. A raíz de esa batalla judicial que llevamos con Laura Bonaparte, la gente empezó a enterarse de lo que pasó ahí. Mi marido fue secuestrado ahí y desapareció, junto con mis compañeros de facultad. Cambiamos un lugar de muerte por un lugar de vida».
Producción: Pasadas por alto
Foto: Unesco
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