El Hospital Nacional Laura Bonaparte es el único hospital nacional de salud mental dependiente del Estado argentino en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Del mismo modo que el Hospital Garrahan o el Posadas, hace meses viene enfrentando un recorte que tiene consecuencias directas en los profesionales que allí trabajan y, por lo tanto, en los servicios que brinda. Leonardo Fernandez Camacho, trabajador social, abogado y delegado general de ATE en el Hospital Bonaparte y comentó que «en octubre de 2024, se intentó cerrar y en enero de 2025 se despidió alrededor de 200 personas. Hoy estamos atravesando una situación bastante crítica, como la situación del Garrahan, es transversal a todos los los efectores públicos de salud nacionales. Estamos con muy poco personal, tanto por por los despidos que, en nuestro caso particular sucedieron en enero, como las posteriores renuncias que hay en los últimos 18 meses. Del sindicato contabilizando alrededor de 66 personas, profesionales que renuncian por cuestiones salariales, de estabilidad laboral, en fin, un montón de elementos que hacen que los profesionales busquen otros destinos laborales y eso, por supuesto, tiene un impacto negativo en la atención».
La falta de personal produce una sobrecarga de trabajo para quienes sostienen todavía el trabajo en en el Hospital. «Los que se quedan circunstancialmente hasta que consiguen otra cosa tienen una demanda muchísimo mayor», afirmó el delegado de ATE, «hoy este el pedido institucional es que se acorte el tiempo de entrevista, independientemente del caso que se presente y que se atienda muchísimo más espaciado. Eso también genera muchísimo más responsabilidad en términos legales para los profesionales, por eso es también deciden irse. Y si no hay una estructura institucional que acompañe a los médicos, los profesionales de la salud, psicólogos que trabajan acá, trabajadores sociales, ven también comprometida su su matrícula».
Los bajos salarios se ven afectados también por la más que insuficiente negociación paritaria. «Los aumentos que fuimos recibiendo son los que se firmó en paritaria de nuestro convenio colectivo general, que viene firmando un solo gremio, UPCN, porque las propuestas son ridículas, giran en torno al 1y el 1,5%. Estamos siempre por debajo de la inflación, sin mencionar la recuperación que debiéramos haber tenido después de la evaluación de diciembre de 2023, enero de 2024. La paritaria particular nuestra de los profesionales de salud está congelada, nunca nos convocaron», afirmó Leonardo Fernández. La falta de negociación paritaria en el sector también repercute sobre el salario de los médicos residentes, porque «está atado a nuestro convenio colectivo. Tenemos hoy un 30% de de los trabajadores y trabajadoras del hospital que están por debajo de la línea de pobreza con sueldos de un promedio de $800.000 pesos, el grueso es administrativos, personal de mantenimiento que son claves para el funcionamiento de un hospital y después tenemos el 90% de los profesionales ganando menos de 1.300.000 pesos».
Por último, Fernández señaló que «en nuestro hospital no hubo asignación de cupo para residencia de salud mental. Después de la pelea que dieron los residentes se logró que adjudiquen para las jefaturas, porque quienes venían haciendo la residencia sin esa asignación de cupo se quedaban sin jefes. Congelaron los nuevos ingresos, es decir que si eso no se revierte de acá a dos años las residencias ya no existe más en nuestro hospital. No va a haber más nadie formándose en el hospital, no va a haber más residencia interdisciplinaria de salud mental. Hoy tenemos 50 residentes de las distintas disciplinas, de medicina, psicología, trabajo social, musicoterapia y terapia ocupacional. Son espacios públicos que dejan de ofrecer sus prácticas o sus espacios para que los profesionales puedan formarse. El impacto directo no lo vamos a ver ni mañana ni pasado, pero sí en unos años va a haber muchísimo menos personal de salud».
Producción: Eso que falta
Foto: Revista Cítrica


