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La venganza de ser felices

Soledad Tordini – Colectivo La Tribu – 12 de febrero de 2007

Mujeres Creando es el nombre de un proceso iniciado en 1992 por un colectivo de mujeres bolivianas. Y aunque hay algo esencial que las junta a todas en la lucha -la rebeldía, el feminismo, el anarquismo- son diferentes y parten de la creación individual. Ellas eligen la diversidad para construir su identidad colectiva.

Las hay de todo tipo. Según ellas mismas, son lesbianas y heterosexuales, rurales y urbanas, religiosas y ateas, morochas y rubias, indias y blancas, jóvenes y viejas. Y como en Mujeres Creando la diferencia no es amenaza sino heterogeneidad viven todas juntas en comunidad. La casa, a la vez refugio y cooperativa, se llama La virgen de los deseos. Los deseos están en la calle 20 de octubre en La Paz pero también en todo Bolivia. En la casa, funcionan un mercado agroecológico, una tienda artesanal y librería, un espacio de alfabetización para mujeres y acceso a

Internet, servicio de alojamiento, talleres, cursos, seminarios, una sala audiovisual, un comedor y una pulpería, tertulias políticas, grupos de estudios y un consultorio médico.

Paridas por el feminismo y seducidas por el anarquismo se enfrentan con el cuerpo al patriarca. No al varón, ni a su presencia, sino a esa forma de pensar que reconocen desde hace muchos años, más atrás aún del esclavismo y la lucha de clases. Esos mecanismos anclados en la costumbre de la violencia, la discriminación y la opresión hacia las mujeres e incluso hacia los varones. Ellas hablan de ese patriarcado que inventó el lenguaje de la guerra, depredador de sueños y posibilidades. Son rebeldes y transgresoras. Escapan del patriarca y de sus lógicas. Lógicas que, en muchos casos, dicen, son reproducidas por las ONGs y sindicatos de la llamada oposición. Entonces, además, huyen del “juego demanda- víctima- concesión, que es la relación única en la que se han colocado históricamente los movimientos sociales” en Bolivia.

Mujeres Creando busca salidas y reacciones en forma de acciones y reflexiones. Este proyecto que recorrió 15 años de cambios coyunturales en su país, sigue profundizando la búsqueda estética. De la estética entendida como ética: la coherencia de la forma y los contenidos, de un discurso que tiene su correlato en las prácticas.

Llevan la creatividad, los carteles, los aerosoles y gritos a todos lados, como esencia del discurso. Escribieron por ahí que la calle es “su casa sin marido, su empresa sin patrón y un salón de colores”para el agite. La calle también es un afuera, una zona de vulnerabilidad, en la que se enfrentaron a las amenazas y agresiones de policías y vecinos.

Una de las acciones que despertó la ira masculina generalizada fue el homenaje a los padres en su día, cuando vistieron al monumento de El soldado desconocido con gorro de cocinero, aguayo y mandil. Los hombres que intentaron interrumpir la intervención le dieron motivo al escándalo argumentando que se estaba llevando adelante un hecho antipatriótico. Pero parece que no, que

el vestuario de cocina, aparentemente femenino, puesto en un hombre es ofensivo.

Ellas, felices en la vulnerabilidad de la calle, le sugerían a El soldado desconocido que sea un buen padre, para liberar a los maridos de la opresión del machismo, para enseñarle a los hijos que no necesitamos más héroes. Y a los héroes (encarnados en el Che y Evo Morales) les dijeron “padres irresponsables”, en nombre de los hijos abandonados en la lucha. Según María Galindo: “Nuestras manos agarran atrevidamente el cuerpo sacralizado del varón para humanizarlo y eso provoca explosivos debates entre padres, curas, policías, hermanos, vecinos, amigos y amantes.

Mujeres Creando construye en el camino sus utopías de libertad. Tienen en el corazón sacudones de desobediencia, un desafío a los movimientos sociales y una interrupción del estado de las cosas. En su pecho, tienen la venganza de ser felices.

Podés ver y leer los proyectos de Mujeres Creando en www.mujerescreando.org