Con un quórum ajustado, la oposición de JxC logró imponer, con 125 votos a favor, 112 en contra y 3 abstenciones, su reforma de la Ley de Alquileres. Entre los puntos más destacados de la modificación están la vuelta a los contratos de dos años de duración con actualizaciones a efectuarse dentro de un plazo de entre cuatro y doce meses en base a un índice o una combinación de índices acordados entre las partes (propietarios e inquilinos).
Como quedó aprobada la ley en esta instancia, se establece que es un acuerdo de partes. Es decir, la ley da algunos indicadores o marcos pero ninguna de las partes tiene por qué atenerse a ellos. Ahora queda pendiente el debate y sanción en la Cámara de Senadores.
Matías Barroetaveña, Legislador de Unión por la Patria en la Ciudad de Buenos Aires, politólogo y profesor de la UBA, comenta el contexto del mercado de alquileres y el camino hacia la situación actual: «El mercado de alquileres desde la última dictadura militar comenzó a ser desregulado. Empezó a convertirse en un vehiculo de inversión y a dolarizarse. Esto, en todo el mundo y en Argentina, termina generando muchos problemas, agravándose acá dada la inflación y las devaluaciones. En este marco la discusión de la ley aparece como de todo o nada, cuando no va a modificar la realidad».
¿Qué está en debate? Barroetaveña comenta: «Lo que propone el sector inmobiliario es que no haya regulación de los alquileres, esa es la propuesta de máxima. Que el privado en una supuesta situación de igualdad (que no es tal), se ponga de acuerdo con su inquilino en cómo es el contrato. Del otro lado está la ley que propone regular con una renovación cada 3 años, y con una actualización a través de un índice que fija un aumento anual. El plazo y el mecanismo de actualización es lo que está en debate. JxC lleva discutir, como plan B, el bajar la renovación a 2 años y que la actualización sea cada 3 meses. Mientras, el FdT plantea mantener esos dos valores en lo fijado, y proponer otros incentivos para que quienes tengan viviendas vacías las puedan poner en el mercado».
Sobre el contexto grave en el cual se enmarca esta discusión, el legislador completa con algunos datos:
Tenemos un problema grave, tenemos casas sin gente, y gente sin casa. Acorde a los dos últimos censos, en la Ciudad de Buenos Airesreció un 8% la población y un 16% las viviendas. Tenemos más de 200.000 viviendas vacías en CABA. Antes había un 75% de propietarios y ahora es un 52%.
Sobre el rol de regulación en esta problemática, Barroetaveña explica que «tiene que haber un rol más activo y sancionatorio por parte del Estado. No lo está haciendo ni la Nación ni la Ciudad, y se le pretende echar la culpa a una ley que es protectiva. Es una ley que le da derechos al eslabón más débil, por eso para mi es un error ceder ante esa presión. El Estado también tiene que tener un rol más activo produciendo viviendas, no entregándolas junto a las tierras públicas al sector privado, como hace la Ciudad de Buenos Aires».
*Producción: Algo con Erre
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