El 28 de junio, día internacional del Orgullo LGBT, a 53 años de la revuelta de Stonewall en Nueva York, en Argentina se llevó adelante la octava Marcha Plurinacional Antirracista contra los Travesticidios, Transfemicidios y Transhomicidios. En la Ciudad de Buenos Aires la movilización partió desde la Plaza de Mayo hacia el Congreso de la Nación y fue acompañada por al rededor de 5 mil personas. Desde el escenario, las principales exigencias fueron el pedido de justicia por Sofi Fernández, la mujer trans que fue encontrada muerta en una comisaría. También se recordó que aún no se sabe qué pasó con el joven trans Tehuel de la Torre quien salió de su casa para ir a una entrevista de trabajo el 11 de marzo de 2021 y al día de hoy se encuentra desaparecido. La promulgación de la Ley de Reparación Histórica, la implementación efectiva de la Ley de cupo laboral travesti, transexual y transgénero en la Administración Pública Nacional, y el fin de la violencia institucional fueron parte de las exigencias.


Si bien el Día del Orgullo tiene reconocimiento internacional, la presencia y visibilidad política del colectivo travesti trans también fue una lucha al interior de la comunidad LGTB. En este sentido, Claudia Vásquez Haro, Doctora en comunicación, docente de la Universidad de La Plata y fundadora de la organización Otrans Argentina, recordó el inicio del camino de participación política y comentó que fue Carlos Jáuregui quien convocó a las primeras compañeras, una de ellas fue Lohana Berkins, y señaló que esa participación «tiene que ver con esta discusión que también hemos dado hacia el interior del colectivo de la diversidad sexual, siempre las travestis y trans solamente hemos sido llamadas para mostrar el glamour travesti, o los cuerpos esculturales, sin embargo no estábamos sentadas en la mesa de discusión desde cuál iba a ser la consigna de la marcha, de visibilizar nuestras problemáticas y esto va dar a tiempo después».
En la misma línea, la Representante Especial sobre Orientación Sexual e Identidad de la Cancillería Argentina, Alba Rueda, reflexionó sobre el tema y sostuvo que «el FLH fue el primer espacio de organizaciones sociales con nuestro mundo y como primera organización no encontrás travestis. Pero si amplias la mirada encontrás lo que pasaba en la Panamericana, lo que pasaba en Libertador con la represión y la persecución a travestis en prostitución ahí encontrás un montón de texturas de posiciones que dan cuenta que las travestis éramos parte de la vida social y política», y añadió que «la narrativa de la violencia institucional fuertemente atraviesa la agenda de la vida de las travestis y trans y ahí lo que tenés es las resistencias, la visibilidad, la organización en torno a denunciar esa violación sistemática de los derechos humanos que se va a repetir en el periodo de transición democrática del 83′ en adelante».
Por último, Patricia Alexandra Rivas, activista de «Las Históricas argentinas», comentó sobre la lucha actual por una Ley de Reparación Histórica para las personas travestis trans mayores de 40 años. Sobre esto comentó que «¿Por qué somos sobrevivientes y por qué pedimos la reparación histórica? Por todo el castigo sufrido, por la persecución, por la matanza, por el genocidio que nos hicieron vivir. Siempre fuimos perseguidas, torturadas, violadas, encarceladas y muchas compañeras ya no están porque fueron asesinadas, por esa razón estamos exigiendo esta Ley de Reparación Histórica. Somos sobrevivientes porque nuestra expectativa de vida es de 35 años, y superamos la «ley natural» de nuestra existencia».
Producción: Pasadas por alto
Foto: FM La Tribu
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