Una investigación especial del medio El Grito del Sur, abordó la existencia de un centro clandestino de detención que funcionó durante la última dictadura en el pasaje Obrero Roberto Núñez, en el barrio de Almagro, Ciudad de Buenos Aires. En la última dictadura cívico-militar en Argentina, funcionaron unos 800 centros clandestinos de detención a lo largo y ancho del país. Apenas unas decenas fueron recuperados como espacios de Memoria y, del resto, muy pocos están señalizados como tales. De muchos de ellos no se tiene casi información.
Yair Cybel, periodista y militante, integrante de El Grito del Sur, relata el comienzo de la investigación del ex-centro clandestino que llevó a la recopilación de testimonios, y comenta acerca del proceso de investigación, aclara, «colectivo», que empezó por transitar el barrio y preguntarle a vecinos y vecinas sobre el movimiento que había en ese momento y lo que ocurría en el lugar:
Además, «gracias al trabajo de La Retaguardia como medio que cubre los juicios por delitos de lesa humanidad, es que llegamos a un testimonio de Luis Angel Firpo, director de la División Seguridad e Inteligencia del Batallón 601, que funcionó entre el 76 y el 78 a su cargo, y que declara que allí funcionaba la base del Batallón 601 donde operaban de civil y en falcon verde, patotas que iban a hacer «tareas de seguridad». Cuando salimos a comunicar y publicar esto, nos escribieron otras personas que también testificaron sobre este inmueble», agrega Cybel.
El integrante de El Grito del Sur, además, describe el panorama de lo que hay hoy en el pasaje: «El ex-centro clandestino de Obrero Nuñez comunica con otra propiedad que sigue siendo hoy abiertamente de los militares».
En un marco más amplio de análisis, el periodista de El Grito del Sur habla de la coyuntura hoy para la comunicación y el periodismo: «Durante mucho tiempo se creó un discurso del diálogo y el consenso, se instó a involucrar a personas de otros sectores a gobiernos más amplios pensando que harán concesiones; eso no funciona. Tenemos que construir narrativas más radicalizadas, cosa que hoy hemos abandonado».
Los libertarios tienen distopías, modelos de futuro, para mi son distopias y para ellos son utopías, horizontes adonde caminar. Nosotros tenemos que tener sueños aún más grandes, no de bajo precio, también vinculados a la comunicación. El campo popular dejó de discutir comunicacion después de la Ley de Medios, parte de que estemos acá es que falta discusión sobre la comunicación, en términos de soberanía».
Podés acceder a la nota publicada con la investigación sobre el Centro clandestino de detención acá.
*Producción: Almagro Obrero.
*Foto: El Grito del Sur.