A 13 años del asesinato de Florencia, «la china» Cuellar», se conoció la noticia de que fueron tapados más de 7 murales que estaban en las paredes de la Plaza de «La China Cuellar», ubicada en Almafuerte 300 de la Ciudad de Buenos Aires, donde termina la línea H de subte. Se desconoce quién ha tapado estas pintadas en forma simultánea, pero desde la familia aseguran que el objetivo es el de amedrentarlos y que se trata de una persecución política hacia Alfredo Cuellar, padre de la china, quien luego de su muerte se convirtió en un referente de la lucha por los derechos humanos de las personas privadas de su libertad.
«Con pocas herramientas estamos logrando algo que a ellos les molesta y el mural para nosotros es una herramienta muy poderosa y para ellos temible porque estamos denunciando algo que muy pocas veces se denuncia. Tenemos que volver a pintar porque tenemos que demostrar que no nos van a ganar y que las paredes van a seguir hablando todo el tiempo que sea necesario«, comentó Alfredo Cuellar.
Además confirmó que están organizando un festival para recordar a la china y recordar también que: «la memoria no se tapa«.
La familia Cuellar se encuentra hoy enfrentando un proceso de desalojo de una propiedad que habitan hace 43 años. Quien refiere ser la «dueña» es Úrsula Basset, integrante de la Libertad Avanza. La cuasa radica en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 35 con la firma del Juez RAMIRO GUIRALDES Bajo el Expte N° 53.952/2022.
Por otra parte afirmó que se van a mantener firmes en esta lucha y que, «ni muertos nos van a callar. Hay un ataque muy contundente contra todas las personas que no tenemos el derecho de tener un trabajo digno, una vivienda digna. Esperemos que estemos todos unidos para enfrentar este aparato represivo«, finalizó Alfredo Cuellar.
¿Quién fue la china Cuellar?
El pasado 23 de diciembre se cumplieron 12 años desde el asesinato de Florencia «China» Cuellar, tenía 23 años y fue hallada asesinada en su celda. Florencia fue la única imputada de una pelea callejera cuando tenía 19 años y condenada a 6 años de prisión. Cuando su padre llegó a Ezeiza, luego de que otras internas lo llamaran para advertirle, en el penal tardaron cinco horas en atenderlo y, cuando se negó a firmar el acta de suicidio lo castigaron retardando una semana la entrega del cuerpo de su hija. Su padre denunció que la cárcel federal de Ezeiza es un «centro de exterminio».
Producción: Charco de arena


