En medio de un operativo represivo en las puertas del Congreso, la Cámara de Diputados avaló el veto del presidente Javier Milei a la iniciativa que buscaba incrementar los haberes jubilatorios un 8%. Con 153 votos a favor, 87 en contra y 8 abstenciones la ley de movilidad jubilatoria impulsada por la misma cámara fue rechazada. Esta ley había sido aprobada en junio con el apoyo del Frente de Izquierda, Unión por la Patria, la UCR y el Pro. Después de un acuerdo con con esta última fuerza y con algunos diputados del radicalismo el presidente dejó sin efecto un aumento que representaba una suma de $18 mil pesos en los haberes. El mandatario vetó esta ley, con el argumento de “no completar el impacto fiscal”.
En las puertas del Congreso organizaciones de jubiladas y jubilados se manifestaron para rechazar el veto presidencial y exigir una jubilación digna. Allí se nuclearon también organizaciones sociales, de Derechos Humanos, sindicales y políticas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dio la orden de implementar el protocolo antipiquetes y reprimió a jubilados, jubiladas, trabajadores y trabajadoras de prensa e incluso, a una niña de 10 años que fue gaseada en el rostro por un efectivo de la Policía Federal.
Silvia Bondareff, integrante de Jubilados Independientes, reflexionó sobre lo sucedido y señaló que «yo particularmente no creo que la sociedad apoye esta lucha. Nosotros como jubilados de la ronda que estamos en el Congreso, no nos dejaron hablar. No apoyan la lucha como nosotros apoyamos la lucha de la Universidad. Creo que es cultural esto; los viejos estamos como descartados. Ya está, ya serviste para la sociedad, ya trabajaste, ya está».
Los y las jubiladas representan a uno de los sectores más golpeados por el ajuste que encabeza el gobierno. «El sueldo nuestro quedó aplastado y más en este último tiempo con la suba de la luz y del gas. Qué puede hacer un jubilado con $234 mil pesos por mes y te toca el bono llegamos a $304 mil pesos», sostuvo Juan Domingo, integrante de Jubilados Independientes. «Es una locura, un genocidio lo que están haciendo contra nosotros. No nos pueden castigar de esta manera. Habrán visto las imágenes por televisión, fue impresionante hasta una chica de 10 años fue golpeada, fue gaseada y esa chica con la madre no estaban en la marcha, pasaban. No tienen consideración con nadie, es un gobierno totalmente represivo contra la clase trabajadora, no solamente contra los jubilados».
Por último, Silvia Bondareff comentó que «nosotros tenemos que salir a trabajar, mi esposo es albañil y yo soy peona. Hacemos changuitas porque no nos alcanza. Ahora ni para pagar la luz, me vino $45 mil pesos. Ya no tengo cable, tengo una hija que va a la universidad y sin internet no puede estudiar».
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